El nuevo modelo educativo propuesto por la SEP es correcto pero incumplible: investigadores
Aunque el modelo planteado tiene propuestas innovadoras y metas ambiciosas, enfrenta como obstáculo la desigualdad que hay en el país, y resistencias políticas, mencionaron especialistas.
Investigadores coinciden en que el nuevo modelo educativo de la Secretaría de Educación Pública (SEP), presentado el pasado jueves 21 de julio, tiene un diseño correcto, con propuestas innovadoras como la libre elección de materias y metas ambiciosas, pero es “incumplible” en un contexto tan desigual como el mexicano.
La SEP propone, por ejemplo, dar “autonomía curricular” a las escuelas para que decidan qué clases impartir entre opciones como: “natación, clavados, huerto escolar, laboratorio científico, matemáticas lúdicas, conversación en inglés o investigación de documentos históricos originales”.
Para el investigador del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, Ángel Díaz Barriga, la propuesta está “bien diseñada”, pero las metas educativas “están pensadas para el primer mundo, y México no es Finlandia”.
Quien diseñó el proyecto, dice, desconoce la complejidad de este país, mientras que las opciones de materias de las escuelas pueden parecer “superficiales” y no pensadas para las necesidades de las comunidades escolares.
Aunque la propuesta presentada por el secretario de Educación, Aurelio Nuño, atiende la corriente pedagógica que propone más autonomía en las escuelas y menos estandarización, para concretarla se necesitan maestros que dominen las opciones de los distintas materiales educativos e infraestructura que no tiene la mayoría de las escuelas en el país.
Una de las principales omisiones es la “desconexión” entre el nuevo modelo educativo y los procesos de evaluación establecidos como parte de la Reforma educativa.
Aunque se habla de “autonomía” para un nuevo modelo de aprendizaje, la evaluación para alumnos y maestros seguiría igual: estandarizada y ligada a recompensas económicas y sanciones administrativas, explica Díaz Barriga.
La autonomía propuesta “se contrapone” con el plan de evaluación actual que supone que el estudiante tiene conocimientos de temas estandarizados.
Por eso, dice Díaz Barriga, integrante de la Academia Mexicana de las Ciencias, debería haber “un giro” a las mediciones, para sustituir la evaluación de individuos por una “visión social”, que evaluaría a las escuelas y las metas alcanzadas a mediano y largo plazo y no cuestiones cuantitativas, como ocurre ahora con el sistema de puntajes en las pruebas estandarizadas.
Con información de Animal Político